En el articulo de hoy toca reflexionar un poco, a ver qué os parece. Alguna vez te ha pasado decir algo así como «que pereza, ahora tengo clase de mate» o «bua, ahora tengo entrenamiento…» no solo hablo de estudios o de deporte, quizás te haya pasado en el trabajo. Bien, piensa un ejemplo ……………………………………………………. ……………………………………………………………………………………………… ¿ya? Bien, ahora vamos a darle la vuelta a la tortilla.
Qué te parece si en vez de pensar que qué pereza piensas que qué afortunado eres. ¿sabes? no todo el mundo tiene la posibilidad de ir a entrenar o de tener una clase de matemáticas. Valoralo. No es el hecho de una clase de matemáticas, es el hecho de 1: tienes la posibilidad de que alguien quiera darte clase. 2: hay alguien que puede pagarte esa clase, lo cual aunque tu no te des cuenta le puede costar muchísimo ganar el dinero suficiente para poder pagar esa clase que a ti te da tanta pereza. Podría seguir con esta lista horas, sin embargo, tampoco es plan de darte el coñazo demasiado.
Por las razones que he dicho antes creo que deberías en vez de pensar que es una pereza, dormirte en clase, o simplemente no prestar ninguna atención, yo creo que debes, pensar que eres muy afortunado, no solo ir contento a aquello a lo que antes pensabas que te daba pereza sino que deberías también sacarle el mayor partido posible. Me apuesto lo que quieras a que si haces eso te saldrá mejor el examen que estás preparando, el juicio que tienes que no sabes ni por dónde cogerlo o ese partido que veías perdido.
Ahora te toca a ti. Deja en comentarios la acción que has pensado que te daba pereza, reflexiona sobre ella y encuentra los puntos positivos que quizás no habías buscado antes.