DÍA 5

Poco a poco empezamos a conocernos todos. Yo ya me llevo bien tanto con españoles como con rusos y turcos. Sin embargo, cada vez más sabemos como es cada uno. Ya no vale aparentar. El día hoy también empezaba movidito y es que en teoría nos deben de despertar a las 8:00 para llegar a desayunar a las 8:30 sin embargo, hoy nadie me ha despertado y por arte de magia he abierto los ojos a las 8:27. Me he vestido con lo primero que he cogido y he corrido como si no hubiese un mañana al desayuno. Lo gracioso es que no he sido el ultimo. Por eso, deduzco que esto mismo le ha pasado a más gente. Tras desayunar fuerte empezaba el día de una forma muy especial. ¡Con un baile! Los que me conocéis ya sabéis que no tengo vergüenza, y ahí que me he puesto con Fernando en primera fila a darlo todo. Y es que, he recorrido muchos kilómetros para llegar hasta aquí, es una oportunidad de esas que solo aparecen una vez en la vida y tengo no solo la posibilidad sino el deber de aprovecharla al máximo. Una vez bailado y reído, era el momento de ir a clase. Kevin, nuestro profesor nos ha propuesto un debate sobre el Brexit. La verdad que ha sido una clase muy interesante. Era momento de reponer fuerzas. Un par de piezas de fruta, un vaso de agua y vuelta a empezar.

Así, hasta que ha llegado la hora de los talleres. Otra vez teatro, sin embargo, he de decir que aunque ayer no me pareció especialmente divertido hoy sí. No me he parado de reír. Aunque también soy consciente de que el viernes tengo que hacer con un ruso una obra de teatro delante de todo el campamento, y esto, esto es algo que me da bastante respeto. Después del taller, como cada día era momento de cenar. Uno de los momentos más felices del día ha sido cuando he visto un plato de pasta sin gluten. Por fin, tras tres días de verduras y legumbres era momento de comer algo contundente. Creo que aunque en Bilbao coma pasta 3 veces por semana ha sido uno de los platos que mas he disfrutado. Además, de segundo tenia pollo. Cena increíble.

Una vez acabado el banquete tocaba ponerse el traje de baño, era el momento de los juegos de agua. Como siempre, no he parado de reír en todo el tiempo. Y es que yo creo que soy distinto a los demás, al resto de la gente que está aquí. A ellos no les gusta el sitio, a mi en cambio me parece un lugar precioso, ellos se aburren y yo no puedo parar de reír. Honestamente, prefiero mi punto de vista. Y estoy ansioso de que llegue mañana. Y es que los miércoles son días especiales, es el momento de conocer la ciudad. Mañana tendremos la opción de ir al museo del Louvre y también de hacer el clásico paseo en Bateau Mouche. ¡Que ganas de seguir disfrutando!

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