Verdaderamente se puede decir que hoy ha sido el primer día que de verdad hemos estado en Paris. El dÍa empezaba como cada día con un buen tazón de leche y muchos cereales. Una vez desayunado fuerte era momento de montarnos en un autobús. La primera sorpresa del día fue cuando vimos que el bus que había venido a recogernos era uno de estos autobuses de dos pisos. Brutal.
Tras aproximadamente media hora llegamos al arco del triunfo, más majestuoso de lo que yo lo recordaba. Enorme, honorable y elegante. Combinación perfecta. Ya allí hicimos una visita que a mi me pareció genial. Tuvimos la posibilidad de subir hasta arriba del arco. Y desde ahí pudimos ver todo París, hacernos fotos etc. Tras aproximadamente media hora de estancia en las alturas parisinas nos fuimos a los famosos campos elíseos. Allí nos dejaron tiempo libre en teoría para comprar, pero un amigo y yo decidimos que era mejor idea hacer un poco de turismo. Y nos pusimos a ello, empezamos a andar y acabamos caminando por la orilla del Senna hasta llegar al famoso museo del Louvre. Cada día estoy más enamorado de Paris. Me parece una ciudad perfecta. Volvimos para comer y tras una pausa no muy larga, pese a estar cansados hicimos un amago de ir a dar otro paseo, sin embargo acabamos en una terraza tomando una cocacola.
Como siempre que visito una gran ciudad me acabo enamorando de ella, pero de esta en especial, me ha parecido una ciudad genial para turismo, para comercio, para vivir. Y esto aun sigue. Por cierto, estoy sacando muchas fotos, a ver si cuando llegue a casa puedo crear una galería de imágenes para que veáis y entendáis un poco mas desde mi punto de vista esta aventura.
La verdad, que por mucho que lo intente entre el cansancio acumulado del día (me siento a escribir cada noche a las 00:00 puesto que antes no tengo tiempo) y la cantidad de emociones que estoy viviendo se me hace difícil expresar lo que de verdad estoy viviendo. Es una experiencia genial que nunca olvidaré.