Día de despedidas, día de ver como la mitad de tus amigos se volvían a España, día de despedirte de personas a las que sabes que no vas a volver a ver nunca, día duro, como todos en los que te despides de gente. Sin embargo, por mucho bajón que entrase, por mucho que costase despedirte de la gente teníamos que continuar con lo nuestro, empezaba una nueva semana. La ultima aquí para mi. Y empezaba con una excursión.
Una vez despierto y desayunado, una vez dados todos los abrazos habidos y por haber, una vez dicho adiós a mucha gente, algunos eran más un hasta pronto que un adiós, otros en cambio sabes que son un adiós para siempre. Sabes que en cuanto salgan por la puerta no les volverás a ver. Y eso duele, y duele mucho.
Te montas en el autobús, te pones música y hablas con tu compañero, llegas a notre dame pero no puedes entrar por que hay demasiada cola. Sigues impresionado por las medidas de seguridad que hay en la capital francesa. Te impresiona ver a militares con armas mas grandes que tú caminando por la calle como si nada. Te impresiona ver que los monumentos importantes están cercados. Te impresionan muchas cosas. Te dejan libre por la zona de Notre Dame, caminas hacia el museo de arte moderno y te dedicas a ver espectáculos callejeros. Primero un señor haciendo con globos una blanca nieves perfecta a una niña, después dos bailarines.
Hora de comer, como casi cada día de excursión comes en el McDonald´s. Tienes hambre así que te pides 2 triple cheese Burger, dos de patatas y una bebida. Además tienes suerte y en un cupón te toca un postre. Una vez comido empiezas a caminar, llegas a la orilla del Sena y ves que hay una explanada a orillas del rio. Es el lugar escogido para una siesta.
Vuelves al colegio y ves que esta vacío, no se oye nada y sin saber por que te entra el bajón. Estas un poco “plof” pero miras a tu alrededor y no eres el único. Es un sentimiento compartido. Cenas, haces el juego y sales corriendo dirección a tu cuarto, sales tan rápido que incluso una profesora te pregunta a ver donde vas. Llegas a tu cuarto, hablas con tu madre. Probablemente junto a mi padre lo que mas me esta costando de estar aquí. No tenerles, las bromas mutuas, un abrazo o chocar los 5 con el Sheriff antes de dormir.
Y te duermes, mañana será otro día, día de visitar Versalles. El palacio y sus jardines. Día de seguir conociendo mundo.
Guille! Suena fenomenal todo lo que nos cuentas, te sigo de cerca y leo todos los dias tus novedades! 🙂 aprovecha que ya queda menos y en agosto nos cuentas todos los detalles! un beso enormeee
Me gustaMe gusta