Cuando vas de puto amo, de sobrado por la vida, creyéndote el mejor y que no hay nada que pueda pararte llega un día y un momento en el que recibes la mayor lección de humildad, de valores, de ganas de vivir y de actitud del mundo. No lo organizaste, tampoco es algo que premeditases, simplemente sucedió. Tres personas que no conocías de nada estaban a punto de cambiar por completo la forma en la que ves las cosas. Y tú ni siquiera lo sabias.
Como siempre, estabas metido en todos los jaleos. Esta semana, un congreso. Ya fuiste el año pasado y no estuvo mal, pero tus expectativas eran demasiado altas. Este año repetías. Le diste una segunda oportunidad, te pasaste por el arco del triunfo eso que dicen de que segundas partes nunca fueron buenas. Y menos mal que lo hiciste. Jueves, 8 de la mañana. Y llegabas tarde, corrías por Bilbao, buscabas recortarle tiempo al cronometro como si de una carrera se tratase.
Lo conseguiste, llegaste puntual, te dieron las ultimas instrucciones y a tu compañero durante una hora. Un móvil. Muchos pensareis, ¿qué me está contando este niño de correr por Bilbao, de un móvil y de creerse el puto amo? Bueno, dejadme explicarme. Eras voluntario del congreso, te tocaba vigilar la puerta de entrada y el móvil era para escanear las entradas de la gente. Para comprobar que todos estaban apuntados. ¿Mejor ahora?
Acabaste tu misión y devolviste el famoso teléfono. Decidiste entrar a

oír las charlas. La verdad que no te hacia demasiada ilusión y sin saber porque entraste. Y una vez más, menos mal que entraste. Después de una actuación en directo el Euskalduna enmudeció. Subía por las escaleras una sirena, como ella misma se denominaba. Su sonrisa iluminaba el escenario, bueno, eso y algunas luces. Empezó a hablar, y a mi me conquistó. Hizo que yo, que soy un culo inquieto no quisiese ni pestañear para no perderme un solo detalle de todo lo que decía. Joder Guillermo, ¿vale ya de decir cosas que no tienen sentido no? Espera, que te explico. Hablaba Lary León, una chica sin brazos ni piernas que me estaba dando toda una lección de ganas de vivir.
Terminó su charla, tus pelos seguían de punta y tu sonrisa era de oreja a oreja. Momento de oír a dos hermanos cuya historia me impresionó también muchísimo. Para poneros en situación; uno de ellos era ciego y autista y al acabar la charla nos dio toda una clase de piano.
Y por ultimo, cuando parecía que nada podía mejorar llegaba un mejicano al que tampoco conocías a hablarte sobre drogas y alcohol. Pensaste que eso lo tenias muy visto, que vaya gilipollez. Y una vez más te equivocabas. Si Lary había hecho que te pegases al sillón, Pepe –que es como se llamaba el ponente- tanto o más.
Sonará a topicazo, pero, al menos según nuestro profesor de lengua en el renacimiento un tópico era un tema literario que de tanto usarse se convertía en una formula fija. Y supongo que si tanto se usó es porque tendría algo de especial. Bueno, clases de literatura a parte y volviendo a nuestro tema…
No hay nada que no puedas conseguir. Esto no quiere decir que vaya a ser fácil o que el camino sea corto, pero si trabajas, luchas, eres constante y sobretodo, cuando no puedas más, haces las cosas aun mejor, no habrá nada que no puedas conseguir. Así que mañana empieza una nueva semana, levántate, empieza a ponerte en forma, empieza a estudiar o empieza a comer sano. Empieza eso que llevabas tanto tiempo queriendo hacer y siempre lo dejaste. Hasta mañana. Mañana es ese día. El día de comenzar a luchar por tus sueños y objetivos.
¡Vaya ejemplos de superación y constancia! Además me ha gustado mucho la forma de contarlo y el como te sucedió: entrando sin saber muy bien por que y sin tener muchas expectativas y como gracias a ello fuiste testigo de unos testimonios tan estimulantes.
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