DÍA 0

El día empezaba de manera inmejorable. Con mi hermana a la que hacía un par de semanas que no veía despertándome. Después, tras una ducha y desayunar nos dirigimos camino al aeropuerto. Tras embarcar pasó algo que yo no había visto nunca. No habían venido 5 pasajeros y sin embargo, había dos personas de más. ¿Curioso verdad?

Sin mayores incidentes llegamos al aeropuerto de Venecia. Allí, empezaba lo que para mi fue “el momento James Bond”. Un hombre nos recogió en una lancha privada y nos llevó desde el aeropuerto, pasando por el Gran Canal hasta nuestro hotel. ¡Con embarcadero propio y todo! Hicimos el check-in pero nuestra habitación no estaba lista. Aprovechamos para ir a comer algo y volvimos. Y vaya si valió la pena la espera. Según entramos yo me quedé boquiabierto. Nunca había visto nada igual. Pero si queréis saber como son las habitaciones tendréis que venir y verlo por vosotros mismos.

Una vez vista la habitación nos fuimos a dar un paseo por los alrededores de la Plaza San Marcos. A la hora de cenar viví algo que no me había pasado nunca. Pizza de masa fina casera y encima sin gluten. Un espectáculo. Como anécdota del día, el restaurante al que fuimos a cenar se llamaba “la casa de Luca” y el dueño en cambio se llamaba Omar. Anda que no sabía nada de marketing este tío.

Al volver al hotel pasamos un momento espectacular, según entramos había un hombre tocando el piano en el hall. Decidimos sentarnos y tomar algo mientras disfrutábamos de una más que agradable velada.

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