Quedan 9 minutos avisó alguien. Niños que gritaban, profesores que corrían, alumnos que ensayaban… los nervios eran mas que evidentes. ¡YA! ¡Salid! Y ahí que subían los 5 presentadores. Esto empezaba. ¿Sonaría bien? ¿Se les estaría oyendo algo? Esperemos que sí. Bajaba Asís y me daba su micrófono. Su presentación había terminado, ahora nos tocaba a nosotros estar entrando y saliendo, subiendo y bajando del escenario.
Después de una primera actuación de los diábolos de 5º de primaria salieron dos compañeros para dar paso al siguiente número de mimo. Por primera vez en muchos años habría una actuación de mimo en el colegio, gracias a los ruidos de 4º de la ESO. Según su actuación iba avanzando mis nervios aumentaban, quién me iba a decir a mi que iba a acabar subiéndome a un escenario disfrazado de militar para presentar la fiesta de mi colegio. Pareció salir bien, se entendía y eso nos alegraba.
Después del primer momento de nervios, de haber debutado sobre el escenario todo salió rodado. Algún que otro mal chiste para ambientar la escena y un vocabulario muy típico de la fiesta del colegio. Aún con los nervios, la incertidumbre de ser la primera vez que se hacía en el poli, el eco que esto conllevaba… salió bastante bien.
He de decir que me enorgullece poder decir que yo he sido parte de eso, de la fiesta de navidad del 65 aniversario de mi colegio, de haber ayudado a organizarla, de haber bailado y de haber presentado. He vivido el buen rollo de un curso completamente unido, divirtiéndose juntos, y es que al final, 12 años compartidos son muchos momentos. Nosotros nos hemos visto unos a otros en las buenas y en las malas. Felices y tristes, motivados y deprimidos…