DE NADA A TODO Y VICEVERSA

Yo siempre dije que no iba a enamorarme, que el amor apesta y que eso no era para mí. Sin embargo, un día cuando menos te lo esperas, cuando peor estás y cuando menos buscas la compañía de nadie que no sea de tu familia aparece alguien que rompe con todo lo establecido.

Alguien con quien empiezas a hablar día y noche. Alguien que en no demasiado tiempo pasa a convertirse en esencial en tu vida. Alguien con quien ser y alguien a quien solo quieres ver sonreír, alguien que te complementa y alguien a quien tú esperas complementar.

Sin embargo, cuando todo parecía ir rodado, todo se desvanece, dejáis de hablar, de quedar… perdéis la complicidad y volvéis a ser dos desconocidos que sin embargo se conocen bien.

Echas en falta las horas pegado al teléfono esperando un mensaje. Despertar y leer un mensaje de buenos días, los nervios de la primera vez que os volvisteis a encontrar… pero sobretodo, la complicidad y la tranquilidad de tener alguien en quien confiar.

Echas de menos a esa persona que pasó de no ser nada a serlo todo, y no sé si será por la adolescencia o por qué, pero creo que todos los que hemos leído este texto nos hemos sentido ciertamente identificados.

Deja un comentario