Y como si se tratase de cuando pones una canción en bucle porque te apasiona y la escuchas hasta hartarte, la vida no deja de darnos sorpresas y de plantarnos ante aventuras. Muchas de ellas son emocionantes y excitantes, pero otras son asfixiantes y agónicas. En ocasiones querrías mandarlo todo a la mierda. Tienes mil excusas que todo el mundo te compraría y con las que encima quedarías como héroe, pero eso no va contigo. Tú eres más de arrastrarte y seguir luchando, de cuando todo parece imposible demostrar que ninguna causa está perdida mientras quede un insensato dispuesto a luchar por ella.
Y es que la vida son primeras veces, aprender a nadar o a montar en bicicleta, aprender a conducir a leer y a escribir, el primer beso o el primer hueso roto. La primera vez que suspendes un examen o la primera vez que dejas una asignatura para septiembre.
Las primeras veces siempre tienen algo especial, te dejan un recuerdo que no olvidarás nunca. En muchos casos es un recuerdo mágico y bonito, de esos que te hacen sonreír cuando un día de repente te viene a la cabeza. Sin embargo, muchos otros son recuerdos amargos. Recuerdos que hacen que se te llene la cara de lágrimas al revivirlos.

Muchos estaréis pensando que a qué viene todo esto. Esto viene a que mi vida este año está llenándose de primeras veces. La primera vez ingresado en un hospital, la primera vez en silla de ruedas, la primera vez utilizando muletas, y desde ayer, la primera vez que suspendo una asignatura dejándola para septiembre.
Realmente creo en que todo pasa por algo, y sinceramente no creo que me lo mereciera, me había dejado los cojones para ese examen, había puesto toda la carne en el asador y había luchado con todo lo que estaba en mi mano y un poquito más para sacarlo. Lo llevaba muy bien, o eso creía.
Pero una vez más tocará levantarse, tocará resurgir como el ave fénix y luchar contra viento y marea una vez más, está vez sin embargo, tocará luchar mejor, porque, aunque ahora mismo mi cabeza esté llena de pensamientos negativos y de dudas, supongo que será algo pasajero y que de aquí a no mucho se me habrá pasado.
Como dije hace unas semanas, salí adelante cuando todo estaba en mi contra; es momento de volver a hacerlo.