Ser joven no es fácil 

De verdad todo lo que hacemos merece la pena? Todo el esfuerzo que empeñamos, todas las horas de trabajo, de entrenamiento, de sufrimiento, de desear que todo acabe… Todo. Vale la pena? Todo para que? Para sacar una buena nota en esto o en aquello, para ser mejor en una cosa o en otra… 
Vivimos en un momento en el cual lo único que importa si eres joven son las notas. Tener mejor media que los demás. No estudiamos para aprender, estudiamos para sacar buena nota. Nos sacrificamos de mil cosas todo para sacar una media que dependiendo de la carrera a la que pretendas entrar es casi imposible llegar. 
Si no llegas a esa nota media eres un fracasado. Te preguntarán que como no lo has conseguido. Probablemente tú seas el primero en preguntártelo. 
Somos jóvenes, siempre está el tópico de que todos los jóvenes somos unos pequeños delincuentes, que si robamos, que si pintamos las paredes… Pero no es cierto. Evidentemente hay jóvenes que hacen este tipo de cosas pero, también hay adultos que cometen este tipo de delitos e incluso más graves. Sin embargo, de los adultos no se tiene esa visión. 
Somos jóvenes, tenemos derecho a tener vida más allá de los estudios. ¿Por qué no nos dejáis? Pero bueno, la vida son etapas. Y esta, es solo una de ellas. Hay que saber sacar partido de todas y cada una, en todas se aprende algo, en todas se mejora algo. Por muy duro que sea, esto es lo que nos curte. 

3 comentarios sobre “Ser joven no es fácil 

  1. Me parece muy acertado poner el acento sobre el hecho de que se valora de distinta forma a jóvenes y a adultos. Es difícil deshacerse de los estreotipos. No obstante, con la edad se pierde parte de «la imprudencia» y «ansias de aventura» que la juventud conlleva por regla general. Lo digo con conocimiento de causa y no poca nostalgia de aquella época. Por eso, si hay parte de verdad en que «la juventud» como media es más «alocada» e «inconsciente» que la madurez. Dicho esto, mal nos iría si los jóvenes fueran viejos prematuros y no hicieran gala de ese espíritu de aventura, ansia de nuevas experiencias y falta de temores propios de esos años e la adolescencia y primera parte de la juventud. Sin duda alguna, no estaríamos donde estamos sin esa inquietud y ganas de vivir a costa de lo que sea de los jóvenes. También estoy de acuerdo con esa llamada de atención sobre el exceso de presión a que los adultos os sometemos a los jóvenes en cuanto a notas, calificaciones, títulos ….., muchas veces contraproducentes. Sin embargo, en un mundo cada vez más complejo, en el que la falta de oferta de trabajo para todos los que lo demandan hace que solo los mejor preparados lo consiguen, es humano que quienes de verdad os quieren (a los jóvenes), fundamentalmente padres, familia y en muchos caso, educadores, os traten de empujar e incentivar para que os esforcéis a conseguir los mejores resultados sabedores de que al final el curriculum y las notas juegan un papel decisivo, por más que debiera haber otros factores, que muchas veces no se tienen suficientemente en cuenta, que debieran valorarse adecuadamente. Precisamente, hace poco oí decir a un experto en economía, el español Leopoldo Abadía, que debieran valorarse en su justa medida las notas y calificaciones y mucho más la buena disposición, la capacidad de relación con los demás,la empatía, en definitiva, lo que él llamaba»ser majo». Continuaba su disiquisición diciendo que «un/a tío/a majo/a» crea a su alrededor buen ambiente de trabajo y todo fluye más fácil en tanto que alguien muy preparado, si no tiene las capacidades sociales de relación desarrolladas puede que al final enrarezca el ambiente laboral e impida no solo el buen desarrollo de su trabajo, pues tendrá enfrentados a sus compañeros, sino también el de estos últimos. En definitiva, venía a decir que el prefería para sus empresas buenas personas, educadas en valores positivos, que sabios raros.

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    1. Totalmente de acuerdo en que es necesario tener buenas notas, idiomas… Sin embargo no me parece justo que mi vida y la de muchos jóvenes se desarrollen basándose en estudiar. Tenemos unas cargas de estudio muy grandes que en muchos casos son absurdas y que no hacen más que hacernos perder el tiempo. También estoy de acuerdo en que tendrían que tenerse en cuenta otras cosas más allá que los títulos académicos.

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