TITULÍTIS CRÓNICA.

 Domingo, 15:22 de la tarde, llevas un fin de semana que se puede resumir en ir a clase, estudiar y estudiar. No hace falta que me digáis cuanto me envidiáis.

Bueno, como iba diciendo, la semana que viene es esa típica semana que ningún estudiante quiere vivir. Esa en la que simplemente te dedicas a hacer exámenes. Exámenes largos y normalmente difíciles. Además, decidiste culminar esta semana algo que empezaste hace aproximadamente 12 años. Algo que mucha gente no entiende. De hecho, muchos, ni siquiera saben qué es. Quizás tú sí que lo sepas. Y yo, puedo asegurarte que es difícil. Y que me ha costado esfuerzo, mucho esfuerzo.

Te hablo del Proficiency. Un examen de Inglés de estos que hace la universidad de Cambridge. El equivalente para que nos entendamos al C2. Lo que vendría a decir que de aprobarlo sería bilingüe. ¿Como suena eso eh? 17 años y la posibilidad de ser bilingüe. ¿Y si no apruebo no voy a serlo? Todo porque lo diga un papel. Vivimos en un mundo en el que padecemos de una «enfermedad» rara. Muy rara. Además, la sufrimos casi todos. La «Titulítis Crónica»

De acuerdo con mi propia definición llamamos titulítis crónica a aquel deseo o necesidad de obtener títulos que certifiquen que somos buenos en algo. Títulos de Inglés, de Euskera, o de Francés. El título de la ESO y el del Bachillerato sin olvidarnos del título universitario. Y si no tienes ninguno no eres nadie. Y ahora viene mi siguiente pregunta: De todos esos que tenéis 100 papeles que acreditan lo buenos que sois y vuestras grandes capacidades académicas, ¿Cuántos sois felices?

Os sonará a topicazo pero solo vamos a estar aquí una vez en la historia, y tienes dos opciones: vivir, o ser un muerto en vida. Puedes disfrutar, reír, bailar, jugar, hacer deporte, aprender, correr y cantar, o simplemente, puedes limitarte a ir al trabajo, pasarte 10 horas sentado en una silla tecleando en un ordenador, llegar a casa, dar un beso a tu mujer, a tu hija, a tu madre o a tu hamster, porque probablemente si estas en esa situación la diferencia entre todos ellos será pequeña.

Y no se la razón, pero fomentamos la creación de «coquitos», gente que se pasa su vida estudiando, que dejan de hacer cosas que les encantarían porque sino no llegarán a trabajar de esto, o de aquello. Pero, no por que ellos quieran. Simplemente porque en la sociedad de hoy en día si no tienes un buen trabajo, un buen coche y una gran casa no eres nadie. Y si no tienes esos 1000 títulos de los que hablábamos antes jamás llegarás a tener ese trabajo, o ese coche.

Llamadme raro, pero honestamente creo que la estamos cagando. Perdón por ser tan directo pero ¿sabéis? Ahora es momento de escuchar a todos aquellos a los que mandáis hacer ese examen de inglés. Es momento de que veáis como nos sentimos, pensando que tenemos que sacar mejores notas, es momento de que os deis cuenta de la presión a la que nos sometéis. Que un día tiene 24 horas, 8 te las pasas en el colegio, a eso súmale una del autobús, según vas creciendo ponle 5 horas de estudio por la tarde, 8 para dormir y te salen 22 horas. Probablemente algunos tengáis academia a la tarde o alguna actividad extraescolar. Así que queridos padres, madres y profesores. Una duda rápida ¿Cuando podemos disfrutar de nuestra vida y de nuestra juventud?

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